El Cabildo reconoce la contribución del Colegio Oficial de Farmacéuticos a la mejora de la sociedad de la Isla

8 de mayo de 2018
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El Cabildo de Tenerife entregó este [martes 8] la Medalla de Oro de la Isla al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, que cumple este año su primer centenario desde su fundación en la Isla. El presidente Carlos Alonso reconoció la contribución de esta entidad que, actualmente representa a unos 1.800 colegiados, a la mejora de la sociedad de Tenerife. “Con su trabajo y esfuerzo, han hecho que cada día nos sintamos un poco mejor”, dijo el presidente valorando así su profesionalidad y nivel de excelencia.

Alonso, acompañado por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y por el vicepresidente del Cabildo, Aurelio Abreu, señaló que los farmacéuticos y los médicos establecieron en Tenerife las bases de una sociedad más sana que. al mismo tiempo, se hacía una sociedad más culta. “Los profesionales farmacéuticos prestan un servicio público que atiende a uno de los bienes prioritarios de la sociedad como es la salud y que requiere de un compromiso firme y decidido por parte de las administraciones para garantizar su prestación en condiciones óptimas, tanto para el paciente beneficiario como para el prestatario”, señaló el presidente insular.

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Schwartz Calero, recogió emocionado la distinción y aseguró que los profesionales de esta disciplina ejercen su trabajo “combinando arte y conocimiento”. “Utilizamos el medicamento que es uno de los grandes bienes sociales”, añadió Schwartz que explicó que este “no solo sirve para mejorar enfermedades o la calidad de vida del paciente durante la enfermedad sino que aporta dignidad frente al dolor y sufrimiento de la muerte”. Destacó el lado humano de esta profesión de alto valor tecnológico y, en esa línea, aseguró que “contribuimos a mejorar la vida de las personas no solo a combatir enfermedades. Guillermo Schwartz concluyó diciendo que “las personas están de paso” y que “lo que permanecen son las instituciones”.